miércoles, 18 de noviembre de 2009

DÍA 3, LA MALTA PREHISTÓRICA

Hay muchas cosas para ver en Malta, desde bonitos paisajes hasta grandes iglesias barrocas. Pero si hay algo característico de esta isla son los templos prehistóricos, los cuales se encuentran entre los más antiguos del mundo. Por eso, decidimos emplear este día en empaparnos con la prehistoria mediterránea. Varias semanas antes ya habíamos reservado una visita en el Hipogeo de Hal Saflieni, nos había costado una pasta, 20 euros por cabeza, pero siendo Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y un monumento único en el mundo, creíamos que merecería la pena. Reservamos la segunda hora (sólo dejan entrar 10 personas por hora) a las 9 de la mañana, aparcamos en las inmediaciones, concretamente el Hipogeo está en Paola famosa por este templo y los de Tarxien. Por suerte ya estábamos acostumbrados al rudo comportamiento de los malteses, ya que los encargados del centro son bastante difíciles en el trato al principio pero blanditos por dentro como bizcochos. El Hipogeo es realmente un templo cavado en la piedra, en varias fases y a varias profundidades, es absolutamente increíble, si tenéis que ver una sola cosa en toda la isla ésta es la que hay que ver, parece de otro mundo. La visita duró una hora con película y todo, las medidas de seguridad y mantenimiento también parecen de otro mundo, al menos de otro país, son excelentes. Como no se podía hacer ni una mísera foto, compramos una colección de fotos de gran tamaño que por 8 euros no está mal, o sea que nos gastamos casi 50 euracos en el hipogeo, aunque salí con la convicción de haberlos empleado bien. Como a unos 5 minutos andando están los templos de Tarxien, otros templos primitivos estos al aire libre, de una época algo más cercana (al rededor de 1700 a.c.), muy bien conservados y rodeados de edificios. Estos fueron más baratos, me llamó la atención el gran número de publicaciones en alemán que hay en todas las tiendas de estos templos, según una amable señora de la Oficina de Turismo de Malta es que son los alemanes los más interesados por la arqueología de todos los europeos... por eso en muchos bares de Malta se habla español..., en fin. Tras la visita a Tarxien que es increible, decidimos coger el coche y encaminarnos a otros dos templos que están prácticamente juntos, son los de Hagar Qim y Mnajdra. Ambos cubiertos con lonas muy futuristas, están bien las lonas pero rompen el encanto del lugar, pues los dos templos están muy cerca de la costa maltesa y desde ellos hay una impresionante vista del mar. Con la misma entrada puedes visitar los dos, el primero de ellos, el de Hagar Qim, es más espectacular, con unas piedras mucho más grandes y algo mejor conservado que el de Mnajdra, sin embargo este último fue más de nuestro gusto por varias razones, el camino que hay que recorrer andando hasta ella es una de las razones, has de bajar una rampa bastante empinada con el templo al fondo y el mar de decorado... te quita el aliento. Además el templo de Mnajdra, mejor dicho los tres templos de Mnajdra tienen algo de mágico, aún más cuando sabes que el menor de los tres está en lucha con el Ggantija para ser el más antiguo del mundo (si no fuera por el templo descubierto en Turquía). A la subida y en un pequeño apartado del camino improvisamos un pequeño pic-nic con una empanada de espinacas que habíamos comprado en Paola y una botella de agua, lo recordaré como el mejor de mis momentos en Malta. Tras aquello fuimos hacia la Blue Grotto, está como a 5 0 10 minutos en coche, lástima del aparcacoches que allí hay, no le da tiempo a sablear a todo el que aparca... Aquel recinto es el típico clava turistas, con dos o tres tiendas y dos o tres restaurantes, todos viven allí de las barquitas que por unos cuantos euros (creo que eran 8 euros) te llevan a las grutas desde las cuales un maravilloso azul turquesa ilumina toda el agua, aquello no es ni más ni menos que el reflejo del sol en la blanca arena del fondo, pero el toque es espectacular, el viaje de ida y vuelta no dura ni una hora, por algún motivo cuando bajas de la barca no tienes la sensación de que te hayan engañado, realmente merece la pena, además aquella zona es ideal para el submarinismo, la recomiendo. No así los restaurantes de allí, aunque Malta es más barato que España, los alemanes que comen allí no lo notan pero los españolitos si, cuidado con eso. Como habíamos hecho cuentas y nos habíamos gastado un dineral en templos y barcas decidimos hacer algo que fuera gratis, así cogimos nuestro peugeot blanco y reluciente, lo metimos en las peores carreteras de toda europa y nos deleitamos con los Dingli Cliffs, los espectaculares acantilados de Malta, de un blanco resplandeciente que configuran una costa de las más abruptas de Europa. Cerca del sitio más espectacular de los acantilados hay "para los amantes del misterio" una zona llamada Chapman Junctions o rodaduras de carro, estas son como unas líneas paralelas artificiales excavadas en la roca por los mismos que hicieron los primitivos templos, nadie sabe para qué sirvieron aunque hay conjeturas para todos los gustos. Cuando lleguéis a las inmediaciones, seguid andando en línea recta, llegará un momento en que toparéis con un murete, seguid el camino os llevará a unas cuevas bastante curiosas que fueron habitadas casi ininterrumpidamente desde la prehistoria hasta el s. XIX., no está en condiciones para ser visitado por cualquier turista, además no encontraréis carteles que lo señalicen, sólo un tipo que querrá cobraros por deciros por donde es, nosotros lo dejamos entretenido con una turista alemana que viajaba sola. El día finalizaba, pero a mi me quedaba ganas de más y como no era tarde, decidimos ir a Ghar Dalam o mejor dicho la cueva y su mini museo. No es muy difícil de encontrar, está al norte de una población llamada Birzebbuga en una gran vía de dos carriles por sentido y que hay que cruzar sin semáforos ni paso de peatones, lo que en Malta eso es una aventura en si mismo. La entrada no es muy cara, recomiendo que primero vayáis a la cueva y luego visitéis las dos salas de las que se compone el museo. La cueva está al final de un bonito jardín botánico, con unas interesantes vistas a una batería de la Segunda Guerra Mundial que está bajo una torre defensiva probablemente de factura árabe. La cueva en si es bastante espectacular, de unos 1300 metros de largo y no muy profunda, pero lo curioso es que en el interior encontraron pequeños hipopótamos y rinocerontes... de la época en la que Malta era un frondoso bosque tropical. El museo está lleno de los huesos de lo que allí encontraron... es entretenido. Tras aquello, volvimos al pueblo de Marsaxlokk que está a 5 minutos de la cueva. Allí cenamos en uno de los restaurantes que ponen su terraza junto al mar, cené el plato típico un pescado autóctono llamado Lampuki, con un sabor entre la caballa y el atún... lo sirven con muchísimo acompañamiento, patatas, una ensalada, dos salsas... todo por 9 euros... Aquel día acabó con el sonido de las barcas en el puerto pesquero y brindando mi pareja y yo con un vino rosado maltés bastante regular.


Entrada al Hipogeo de Hal Salflieni


Templos de Tarxien

Templo de Hagar Qim

Templos de Mnajdra

Embarcadero de la Blue Grotto

Dingli Cliffs

Chapman Junctions

Cueva de Ghar Dalam

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